Quiero algunos buenos amigos que sean tan familiares como la vida misma; amigos con los que no haya necesidad de ser cortés y que me cuenten todas sus dificultades; amigos capaces de citar a Aristóteles y de contar cuentos subidos de color; amigos que sean espiritualmente ricos y que puedan hablar de obscenidades y de filosofía con el mismo candor; amigos que tengan aficiones y opiniones definidas sobre las cosas, que tengan sus creencias y respeten las mías.

miércoles, 23 de junio de 2010

ESE PRECIADO TESORO.






Dicen los hombres sabios que el tiempo es la materia más escasa en el Universo. Y en verdad, en la medida que asumimos ciertas responsabilidades y compromisos, nos vamos

percatando que el tiempo se nos escurre de las manos, que queremos hacer montones de cosas y nos falta tiempo, que todo va pasando muy rápido, máxime cuando estás a las puertas de irte de vacaciones y te llueven las tareas que tienes que dejar zanjadas antes de echar el cerrojo por un tiempo relativamente corto. ¿Dije corto? olvídenlo, un mes da para mucho o para muy poco, todo depende de cómo administres el tiempo. Tener pulida la habilidad de manejar este cristal mágico que es el tiempo es algo que proporciona grandes ventajas sobre los demás.
Muchas veces me viene a la cabeza la imagen de uno de mis personajes preferidos de aquel clásico maravilloso de Lewis Carrol que todos recordarán, la imagen del Conejo Blanco, que llevaba un reloj al que consultaba continuamente, siempre tenía prisa, es el representante de un tiempo veloz y desatinado ¿qué hora es? me voy, me voy, me voy...
Afortunadamente, nada permanece estático, todo se mueve, el mundo gira, el tiempo pasa; mientras unos caminan otros descansan, cuando unos ríen y otros lloran, hay quien no llega y quien se pasa siete pueblos, en este instante muchos están naciendo y otros tantos muriendo.
En conclusión, voy a disfrutar de mis vacaciones desde el minuto cero, el próximo año es demasiado tiempo, pueden surgir demasiados quizás, pensándolo objetivamente, una termina por remontar el sentido: Los conejos blancos que llevan reloj en el chaleco son, en realidad, conejos blancos que llevan reloj en el chaleco. Nada más, solo nosotros decidimos cómo emplear nuestro preciado tiempo.
Volveremos a comunicarnos en el mes de agosto, a excepción de Hargos y María Jesús, que probablemente conoceré personalmente este verano. !Que ilusión!.


viernes, 11 de junio de 2010

2º Aniversario... !Va por vosotros!



Pasados 20 minutos de la media noche tal día como hoy, justo en el ecuador de aquel año tan intenso en el que se sucedieron importantes acontecimientos históricos, como por ejemplo la revuelta estudiantil del "Mayo Francés", la llamada "Primavera de Praga", la "Revolución Cultural China", y hasta el inicio de las redes de ordenadores, nací en un pequeño hospital ubicado a escasos metros del mar, que raro ¿no?, supongo que era un bonito presagio.

Si hay algún generoso lector que quiera regalarme mi carta astral, quedan dichos los datos, jeje.
También hoy este blog cumple años, ya son dos los que lleva acercándome a vosotros, a rincones que de otro modo jamás hubiese visitado, a personas que de otro modo nunca hubiese conocido, integrándome en otras realidades; que de otro modo, posible y tristemente, para mí nunca hubiesen existido.
Si, hoy es un día doblemente especial, quiero dedicaros con todo mi cariño este video, que es en esencia lo que pienso y por lo que aquí escribo .




martes, 8 de junio de 2010

La utilidad de la nada.


Hacemos una vasija de un pedazo de
arcilla: y es el espacio vacío en
el interior de la vasija lo que
la hace útil.

Hacemos puertas
y ventanas para una estancia;
y son esos espacios vacíos los
que la hacen habitable.

Así, mientas
que lo tangible posee cualidades,
es lo intangible lo que lo hace útil.

Lao tze



martes, 1 de junio de 2010

Esos pequeños placeres...


Me gusta mezclar el sabor del queso fresco con la mermelada y también derramar unos hilillos de aceite de oliva picante sobre la pizza.
Me encanta andar descalza sobre las rocas y sentir el interior de los labios arrugados por la sal cuando salgo del mar.
Me chifla recibir masajes aromáticos en los pies y pierdo la voluntad de mí misma cuando lo hacen en la cabeza.
Adoro los anillos grandes y llamativos, pero que a la par, resulten sutiles y elegantes.
Disfruto sintiendo ese no sé qué cuando conoces a alguien y notas que, a los tres minutos, ya sintoniza contigo.
Si tengo que elegir, prefiero la lealtad a la fidelidad.
Me gusta lo étnico, la música chill out, la artesanía y los muebles antiguos.
Me encanta el olor a guayaba madura.
Me apasiona navegar en día soleado y bañarme desnuda mar adentro.
Me gusta pasearme por los mercados cuando visito un nuevo lugar.
Me chifla descifrar las fases de luz de los faros contando los destellos y ocultaciones y trazar rumbos lejanos e imaginarios sobre la carta.
Me cautiva la gente que no perteneciendo a tu círculo más cercano, sabe respetar tu metro cuadrado de intimidad y nunca se sobrepasa.
Me atraen las personas emprendedoras, afables, sencillas, inteligentes, con sentido común, correctas y cercanas.
Me gustan las personas sin dobleces, las esponjas naturales y los libros.
Ignoro por qué a priori me intereso más por un hombre feo que por un Adonis. Y voy a parar ya porque esto está resultando humillante, jajaja.



Curioso ¿no?


“Lo único que me concierne es lo que debo hacer, no lo que la gente crea que debo hacer. En esta máxima, tan difícil en la vida práctica como en la intelectual, reside la entera distinción entre grandeza y mediocridad. Es la mas ardua porque siempre encontrarás a aquellos que creen saber mejor que tú en que consiste tu deber. Es fácil vivir en el mundo siguiendo los dictados del mundo; es fácil vivir en soledad según nuestros propios dictados; pero el gran hombre es aquel que, en medio de la multitud, mantiene con impecable dulzura la independencia de la soledad”.
R.W. Emerson.

Es cierto que en la vida encuentras ingentes cantidades de personas que te dicen no sólo cual es tu deber y cómo debes cumplirlo, sino que, además, te descalifican sin piedad si no acoges sus doctrinas como postulados de fe de obligatoria obediencia, condenándote a una excomunión tan singular como implacable si no te sometes a sus directrices. Lo malo es que emplean tanto tiempo en ocuparse de definir, los deberes de los otros, que no disponen del necesario sosiego para examinar con cautela cuáles son los suyos. Pero para ellos, ocuparse de terceros, a muchos de los cuales ni siquiera conocen personalmente, es de importancia muy superior al análisis silencioso de la propia conducta. Y lo peor es que en muchos casos consiguen sus fines. Me refiero a que otros se ajusten cautivos a sus dictados.
Aunque algunos hagamos lo que pensamos y no lo que nos dicen , siempre pende sobre nosotros las espada de Damocles: "Yo ya te lo dije". Por una vez que te equivoques, ya no vale las 100 veces que has acertado. Y a la inversa ocurre que, lo intentas, lo intentas y lo vuelves a intentar, con esfuerzo pero sin éxito. Cuando por fin consigues lo que te proponías, te sentencian: "vaya, que suerte has tenido".
Curioso ¿no?.