Sin duda. Nadie se arrepiente de traer un hijo al mundo. Es una decisión siempre acertada, un hijo es un gran tesoro y conseguir tesoros siempre exige sacrificios.
Ultimamente me cuesta conciliar el sueño, tengo la mala costumbre de apoyar la cabeza en la almohada y automáticamente dejarme asaltar por alguna preocupación, si no la tengo; me la invento, me ha sucedido toda la vida. Que si mañana sin falta tengo que hacer tal diligencia, que si me sentó como un tiro tal comentario, que si el próximo lunes hay reunión de padres en el cole y me coincide con la firma de un contrato, que si encuentro a mi madre decaída, que si, que si, que si... Normalmente después de hacer un repaso mental a todo lo que me perturba y ser consciente de que la mayoría de las cosas las puedo solventar al día siguiente, y las otras que se escapan a mi voluntad, soy incapaz de controlarlas por mucho que me pese, me doy por vencida y me suelo dejar mecer en los brazos de Morfeo.
Pero hay noches en las que no logro relajarme por completo, hay noches en las que me taladran los pensamientos, las preocupaciones reales o las que, según mi marido me saco de la manga. Siempre me dice: "Descansa, esa cabecita nunca para, no quieras llevar el peso del mundo a tus espaldas".
Esta mañana me he levantado de la cama cansadísima, más cansada de lo que estaba anoche antes de acostarme, los rayos de sol apuntaban directamente desde los cristales de la terraza de mi habitación hasta mi cara, el calorcito me despertó. Silencio absoluto. Aparté la gasa del mosquitero y durante unos segundos me quedé sentada al borde de la cama, recordé que Javi salió temprano, tiene guardia, así es que sin hacer ruido salí descalza de la habitación con el propósito de no despertar a Iris, pero... Iris ya hacía mucho tiempo que estaba despierta.
Sentada en su mesa de estudio, con los libros desplegados, la imagen me enterneció y a la par me inquietó. Es una estudiante brillante que nos ha colmado de satisfacciones, una niña apacible que en el trato sorprende por su responsabilidad, demuestra una madurez que no corresponde con su corta edad, sólo 11 años, y sobre todo posee una gran capacidad conciliadora y de sacrificio. Estas no son cualidades que le garanticen llegar a ser una "buena persona", aunque mi percepción sea justamente la contraria. Dicen que los primeros 8 años de vida forjan la personalidad del individuo, aunque influyan componentes genéticos y socioculturales, el entorno más cercano pienso que es de vital importancia para desarrollar hábitos positivos, y por tanto, virtudes a través de dos potencialidades humanas como son la inteligencia y la voluntad. La virtud es algo que se adquiere, pienso que todo ser humano normal puede adquirir cualquier virtud que se proponga, según dicen los psicólogos, al realizarse numerosas veces seguidas un acto positivo se logra el hábito, que fluirá naturalmente y llevará a la virtud.
Inculcar a nuestros hijos las virtudes humanas tiene una doble importancia: por un lado permite formar hombres y mujeres seguros de sí mismos y capaces de decir que no frente a las trampas nocivas que el mundo les ofrece, y por otro, dado que el ser humano es un ser social, permite que estos futuros hombres y mujeres se comprometan en formar un mundo más humano, más solidario y respetuoso de los derechos de los demás.
De esta forma no sólo tendremos hijos más felices, sino que podremos aspirar a una sociedad mejor.
Espero que suba en crecimiento personal muchos más peldaños que yo, aunque eso suponga el desvelo de muchas noches y el trabajo de muchos días.
Un apagón de luz
-
Que bélica manera
De expresar tus sentimientos
Un apagón de luz
Y una lluvia de melancolía
En medio de una caricia
Animada por el...
Hace 21 horas
12 comentarios:
Ya sabes lo que dicen de los árboles: si van derechos, luego ya no se tuercen. Enhorabuena.
Estoy segura de que esa niña ya es una gran persona, como su madre, que le está dando ejemplo.
Besos.
María Jesús:
Esto mismo le decía mi abuela a mi madre, y ella a mí, me lo ha repetido un millón de veces. La sabiduría popular casi nunca se equivoca.
Muchas gracias cielo.
Kassio:
Una hace lo posible y lo imposible para que así sea, es mi obligación como madre, aunque creo que, en última instancia, el mérito es suyo.
Besos para tí princesa.
Hola cielo si lo ve de su madre la niña sube con eso siempre intentamos que sean buenas perosnas y seguro que lo sera
un beso fuerte y feliz semana
No tienes porqué preocuparte, nada debe turbar tus sueños amiga Fayna. Tu hija tiene a su lado una buena tutora que lo la dejará que se doble en su trayectoria. Un beso
Luna:
A veces los buenos ejemplos no bastan. Hay padres magníficos con hijos no tan buenas personas... Crucemos los dedos,jeje.
Un saludo grande para tí.
Tomasson:
Muchas gracias Tommy. En la constancia está la victoria... Ojalá lleguemos a buen puerto.
Besosss cielo.
La soledad para recapacitar nos es necesaria a todos. El lecho es un lugar perfecto para conseguirla. El problema es que a veces nos vence el sueño y no podemos aprovechar esos instantes. Todos los que nos sentimos responsables de nuestros hijos nos resulta inevitable reconsiderar en ese silencio los diversos aspectos que se relacionan con ellos. Es inevitable pero a la vez beneficioso, siempre y cuando no nos angustie y sirva al contrario para buscar solucion a los problemas si los hay.
Yo me apunto al refran popular" de tal palo tal astilla" De tu palo no puede salir ninguna mala astilla.
Un beso
Hacemos lo que podemos... y salen como ellos quieren... hehehe
Te felicito por tus hijos!...
Al final perdí la cuenta, ¿cuántos tienes?
( yo una sóla, ya casada...pero hice trampa criando los 2 varones de mi ex-marido del matrimonio anterior y de ellos hasta nietos tengo)
Besotes
Espronceda:
!qué decirte de tus palabras! justas y precisas. Coincidimos una vez más.
En cuanto al símil del refrán... eres muy generoso conmigo, muchísimas gracias Miguel.
Un beso grande.
Myr:
Tengo 2 hijas. La mayor la tuve muy jovencita, ya está casada y vive fuera de las islas, en Galicia, la extraño cada día. La pequeña aún es una niña...
También tengo un nieto, Ulises. Ya ves cómo me ha cundido el tiempo jajaja.
Besos cielo.
Publicar un comentario