Quiero algunos buenos amigos que sean tan familiares como la vida misma; amigos con los que no haya necesidad de ser cortés y que me cuenten todas sus dificultades; amigos capaces de citar a Aristóteles y de contar cuentos subidos de color; amigos que sean espiritualmente ricos y que puedan hablar de obscenidades y de filosofía con el mismo candor; amigos que tengan aficiones y opiniones definidas sobre las cosas, que tengan sus creencias y respeten las mías.

viernes, 25 de septiembre de 2009

De Cuerpo y Alma.


Con este post pretendo rescatar del ostracismo, la nada reconocida tarea, de una figura que emerge para dar respuesta al importantísimo problema social del familiar dependiente.
Son muchísimas las personas en situación de dependencia. Bien por el aumento del envejecimiento de la población, por tener a su cargo enfermos terminales, con movilidad muy limitada, enfermos mentales, y un largo etc...en la inmensa mayoría de los casos, hay al menos, una persona que los cuida y permite que sus necesidades diarias sean atendidas. Este colectivo tan numeroso como oculto, suele ser en un 80% mujer y familiar cercano del enfermo, que presta su ayuda de forma permanente, sin concesiones, las 24 horas del día, durante los 365 del año. Un trabajo duro y sigiloso, que conlleva la responsabilidad de proporcionar una ayuda y atención continua, a ese enfermo que está en una tremenda situación de fragilidad, absorviendo un importante impacto físico y psicológico.
Mi abuela estuvo postrada en una cama durante más de 10 años. La estructura familiar se quebró y hubo que reconducir la situación, adaptarse al nuevo giro del destino. Sus cinco hijas asumieron el cuidado de la madre negándose a que abandonara su casa, con lo cuál, eran ellas las que se desplazaban hasta la casa de su madre cada día haciendo turnos de 24 horas cada una. ¿Imaginan lo que esto supone? !durante más de 10 años!. Muchas cosas pasan en ese tiempo, muchas renuncias, mucho cansancio, desvelos, hospitales, ... poner tus capacidades al límite, coordinando tu propia casa, la atención a tus hijos, a tu marido, con la abnegación en el cuidado de tu madre, en este caso, a jornada intensiva cada 4 días, desplegando tu poderío como si tu vida fuese una poesía épica.
Estas personas llevan una carga superlativa a cuestas, incrementada por la total indiferencia a sus propias necesidades, no puedes ponerte enferma, no puedes desfallecer, no dispones de vacaciones, tu vida se encuentra absolutamente comprometida, la dedicación permanente lleva a la pérdida absoluta de relaciones sociales y, por supuesto, elimina de un plumazo el tiempo libre. Las personas que cuidan no son apreciadas como es debido.
Llegados a este punto yo me pregunto: ¿Y quién cuida del cuidador? El enfermo necesita, el marido exige, los hijos demandan ¿Quién palía la tendencia al aislamiento y la frustación que esto conlleva?.

Este post está dedicado especialmente a tod@s es@s cuidador@s que no reciben un refuerzo positivo por parte del paciente, familia o entorno. Que sepan que no los olvidamos y que su esclavizada labor es insustituible, impagable,... Vuestro colectivo representa a uno de mis héroes contemporáneos.
Deberíamos de empezar a conocer el dolor de los demás, para así poder medir y conocer mejor el nuestro. El placebo del sacrificio es el AMOR.



jueves, 17 de septiembre de 2009

¿Qué me dirías si muriera mañana?


Leí esta frase en algún sitio, y me impactó.
¿Qué me dirías si muriera mañana?. Realmente si tuviera la certeza de que mañana moriría ¿Qué me gustaría escuchar que me dijeras?... Si mañana ya no estuviera, mis ojos, mis manos , mi cuerpo serían los que hablaran. Si supiera que mi partida es inminente, nada esperaría escuchar, pero sí tendría la necesidad de comunicar. Resumir un sentimiento en un sólo gesto, mirarte a los ojos y lograr que entendieras cuánto le agradezco a la vida el que me hayas acompañado. Nada esperaría escuchar, querría dormirme con tu imagen grabada en mí, querría que fueras lo último que viera.
¿Puede apagarse la llama de la vida sin sentir tristeza? ¿Qué se debe de sentir en ese último instante?... ¿Frío?, ¿Soledad?, ¿Desamparo?, o tal vez, ¿Alivio? ¿Paz? ¿Amor?. Querría haber sido la mejor madre, la perfecta esposa, una hija estupenda, la hermana ideal, excelente amiga.
Si muriera mañana, nada esperaría escuchar. Querría dejar sembrado un campo lleno de amapolas en tu corazón, querría abrazar tu espíritu en cada recuerdo.
¿Qué me dirías si muriera mañana? nada esperaría escuchar, pero sí sentir. Sentir que lo he hecho bien, que mi estela te inspira un universo irrepetible, que la fuente de mi vida sació tu sed...




lunes, 7 de septiembre de 2009

VERANO DEL 2009.



Un verano que acaba en medio de una vida llena de estaciones, un verano menos, un otoño más... Adoro el verano porque puedo compartir mucho más tiempo con los buenos amigos, porque nos sentimos todos mucho más libres, sin las ataduras de los horarios, sin las chaquetas, sin los zapatos cerrados, sin las prisas por llegar... la luz del sol acompaña durante mucho más tiempo, es una bendición, las noches de terraza me resultan balsámicas, estar al aire libre bajo un cielo sin una sola nube y salpicado de millones de estrellas, las velas, el olor a sal y arena mezclado con el sabor a caipirinha.
Todos han regresado, todos menos yo, que un día elegí instalarme en este paraíso en el que espero acabar mis días, con el que quiero fundirme cada mañana de su salvaje naturaleza, donde encontré silencio y belleza; el lugar donde Miguel de Unamuno fue desterrado y del que sucumbió enamorado de sus singulares encantos.
Un verano que acaba en medio de una vida llena de estaciones.




miércoles, 2 de septiembre de 2009

SIN MIEDOS.



Fue un gran consejo que un día escuché que le daban a un niño, "siempre tienes que hacer las cosas a las que le tienes miedo"
R.W.Emerson.