Quiero algunos buenos amigos que sean tan familiares como la vida misma; amigos con los que no haya necesidad de ser cortés y que me cuenten todas sus dificultades; amigos capaces de citar a Aristóteles y de contar cuentos subidos de color; amigos que sean espiritualmente ricos y que puedan hablar de obscenidades y de filosofía con el mismo candor; amigos que tengan aficiones y opiniones definidas sobre las cosas, que tengan sus creencias y respeten las mías.

viernes, 23 de octubre de 2009

Quicksilver Commander.

Aún estoy en estado de shock.
!!!!!Ya tengo embarcación!!!!!! .
Gracias hermanito, me has hecho el regalo de mi vida











He dudado muchísimo al publicar este post, lo he pensado una y mil veces porque no me parecía apropiado precisamente en este momento, pero he pensado que del mismo modo que he compartido con vosotros tantas penas, enfermedades y pérdidas que he sufrido en mi familia, me he sentido en la obligación moral de haceros también partícipes de mi inmensa alegría.



jueves, 15 de octubre de 2009

El verdadero monasterio.


Vivimos tiempos difíciles, muchas familias están acusando el desgaste que produce levantarse cada mañana sin tener una perspectiva lúcida por la que encaminar los pasos hacia la estabilidad económica. Toda esta vorágine de acontecimientos estresantes que estamos escuchando a diario, me producen verdadera desazón interior.
Ayer mientras conducía, pensando en todo esto, no pude evitar traer a mi memoria, en un intento desesperado por calmar mi espíritu, una experiencia decisiva en mi vida, que colmó todas las expectativas que jamás hubiera soñado sobre la paz interior. Aunque breve, me dejó marcada, y traté de recurrir a aquel maravilloso sentimiento, para ganarle la batalla a la impotencia que me produce no ser capaz de aliviar este amargo trago, por el que están pasando tantas personas y que me preocupa mucho.



En medio del monte, casi perdido por su aislamiento, descubrí aquel Monasterio deshabitado. Se presentó su imagen ante mí, tras un recodo y entre los troncos de aquellos viejos eucaliptos. Fue como una ensoñación que presagiaba la importancia que iba a tener aquel lugar en mi alma. En cuanto estuve a sus pies, me invadió un sentimiento de pequeñez como pocas veces había tenido, su imponente fachada barroca del siglo XVII era espectacularmente original, alternando granito con pizarra para obtener un conjunto realmente vistoso estéticamente. Sin embargo, buena parte del monasterio se encontraba en un estado de abandono importante, aunque luego pude observar que en algunas estancias habían comenzado los trabajos de restauración.
Como predispuesta a entrar en la cueva de Alí Babá, convencida de lo formidable del momento, me adentré en la nave principal y me encontré completamente sola bajo una inmensa bóbeda octogonal de gran perfección de estilo y trazado. Quise explorarlo palmo a palmo y me perdí.
Envuelta en el absoluto silencio de sus claustros, ensimismada visualizando un día cualquiera en la vida monacal durante el medievo, anchos muros de piedra, pasillos interminables, una celda... me apoyé en una esquina, contraria a una pequeña ventana con vistas a lo que había sido un huerto, con tres gruesos barrotes por la que entraba un destello de luz casi divino. Me dejé caer en cuclillas.
La quietud de espíritu que sentí a continuación es abrumadoramente indescriptible. Jamás he vuelto a sentir nada parecido, por un momento me libré de las ataduras ilusorias de la vida mundana, vencí por un instante la tiranía de las formas, comprendí que el verdadero monasterio vive dentro de nuestro corazón.
Algunos sentimos una suerte de cansancio en estos momentos de nuestra vida. Nos consideramos con un cierto derecho al descanso, entendido como dedicación a nuestras aficiones favoritas (leer, escribir,navegar..). Pero sentimos que algo está pasando y se nos escapa de entre las manos, como cuando pretendemos sujetar el agua. Y ya que no tenemos tiempo para descubrir el Cosmos, contribuyamos, al menos, a descubrir eso que llamamos Ser Humano, y a algo tan simple y concreto como mejorar las condiciones de vida en común, situando entre todos a la eficiencia social por encima de la eficiencia económica.

!Ánimo Arwen!



lunes, 12 de octubre de 2009

Paciencia.


Tomé una inspiración profunda conteniendo el ímpetu, dejé caer la vaporosa cortina blanca tras de mí y eché a caminar sin rumbo fijo haciendo un intento desesperado por aplacar mi malestar. Jamás he llevado bien las discusiones, las confrontaciones directas me desestabilizan.
Eran las 15,00H. y el sol caía a plomo, mi respiración se agitaba al mismo tiempo que se enrojecían los cachetes, empezaba a sentir la humedad del sudor por todo mi cuerpo. Quise alejarme, quería desaparecer, al menos por unas horas.
No iba a parar de caminar hasta llegar a la cala, después de estar andando durante un buen rato, mis pies comenzaban a sufrir las consecuencias, la arena ardía y mis esclavas eran incapaces de aislarme del fuego que salía de la duna, aún así, seguí andando, me quemaban más los pensamientos que los pies.
Dame paciencia - me repetí varias veces.
Odio sentirme así - en otras tantas oportunidades.
¿Cuántas veces a lo largo de mi vida he anhelado meterme en la máquina del tiempo y aparecer sola en un lugar lejano? ¿5, tal vez, 6? ¿Es eso de cobardes? Si no lo he hecho es porque no soy realmente libre, porque no estoy sola y porque soy incapaz de hacer daño a los que me quieren y necesitan. Además, estoy segura que conociéndome, me iba a querer volver en cuanto me tranquilizara.
¿Es que no entiende que las cosas no pueden girar en torno a sus deseos, a sus caprichos? ¿Es que es tan complicado hacer un esfuerzo por comprender lo que se le está intentando explicar? ¿Por qué demonios tiene que cerrarse en banda? !Me exaspera su postura!.
A 15m de la orilla y con la vista fija en el mar, fui despojándome de la ropa. Ni un alma a la redonda. Me saqué la minifalda vaquera, la camiseta, lancé al aire mis esclavas negras y totalmente desnuda, en comunión con la naturaleza, corrí al agua.


*Lo que es imposible de corregir, la paciencia lo hace tolerable.* HORACIO.





miércoles, 7 de octubre de 2009

Me tiemblan las piernas.


La navegación marítima es el arte y la ciencia de conducir una embarcación desde el punto de zarpe al punto de arribo, eficientemente y con responsabilidad. Es arte por la destreza que debe tener el navegante para sortear los peligros de la navegación, y es ciencia porque se basa en conocimientos físicos, matemáticos, astronómicos, oceanográficos, cartográficos, etc.
Desde que el hombre navega, ha tenido especial cuidado en anotar las formas de las costas que descubre. Lo hacían los fenicios, lo hicieron los vikingos, así como los polinesios y no digamos ya los grandes descubridores europeos de los siglos XVI a XVIII.
La información pasaba de generación en generación, en forma de notas, cartas náuticas o tradición oral. Lo importante era no perder un conocimiento que permitía a los navegantes encontrar un puerto o una isla en la que nunca habían estado, y saber si en el camino habían encontrado algún obstáculo o peligro que tuvieran que evitar. Así, los polinesios sabían que para llegar a Tahití debían situarse en la declinación de la estrella Sirio, la más brillante del firmamento; y su tradición oral les hablaba de la distancia entre islas y de los vientos y las olas que podían encontrar en sus navegaciones en las distintas estaciones del año.
Es apasionante empaparse de estos conocimientos y de otros muchos que no dejan de sorprenderme. Descubrir que los Faros son como las huellas dactilares, que cada uno es único e irrepetible, que con sus destellos te habla, e indica en medio de la más absoluta oscuridad, exactamente en qué punto del globo está situado, ha sido una sorprendente revelación. Pero lo más bonito, ha sido aprender a trabajar sobre la carta náutica, tiene un poder de enganche bestial, " navegación" es la asignatura estrella. Durante todo este tiempo, he ido adquiriendo seguridad y soltura en la resolución de situaciones simuladas sobre la carta, me he familiarizado con los muchísimos y nuevos conceptos relativos a la tecnología naval, he tenido que aprenderme como el padre nuestro el reglamento de abordajes, y en lo relativo a radiocomunicaciones, meteorología, propulsión mecánica, señales y balizamiento, maniobras y seguridad en la mar, idem de lo mismo.
Dentro de nada es el examen, me lo juego todo a una carta, !ESTOY ACOJONADA!.