Quiero algunos buenos amigos que sean tan familiares como la vida misma; amigos con los que no haya necesidad de ser cortés y que me cuenten todas sus dificultades; amigos capaces de citar a Aristóteles y de contar cuentos subidos de color; amigos que sean espiritualmente ricos y que puedan hablar de obscenidades y de filosofía con el mismo candor; amigos que tengan aficiones y opiniones definidas sobre las cosas, que tengan sus creencias y respeten las mías.

viernes, 15 de mayo de 2009

AZÚL TAVERNIER.


Remotísimos, escasos, deslumbrantemente bellos, los diamantes abanderan el símbolo del lujo, la opulencia y la ostentación. Aunque desde los años 50 se fabriquen diamantes artificiales, únicamente de uso industrial –para herramientas de corte destinadas a materiales duros–, los que siguen siendo codiciados, disputados y pagados a precio sideral son aquellos que provienen del centro mismo de la tierra: es decir, esas gemas que adquieren su máximo valor una vez que han sido despojadas de las rocas que las aprisionan (hacen falta 250 toneladas para obtener un quilate), siempre que cumplan religiosamente cuatro exigencias fundamentales: corte, color, claridad y peso. Además de los miles y miles de trabajadores esclavizados que pagaron con su vida –de Africa a Brasil– la búsqueda de diamantes en condiciones infrahumanas, algunas de estas gemas –una vez descubiertas, cortadas, talladas, etc.– han resultado ser portadoras constantes de infortunio. Entre los colores de esta piedra a menudo incolora, figura como rareza el rojo, pero siempre se ha tenido como el más bello el blanco-azul D Flawless. Muestra de ello es el espectacular "Azúl Tavernier" o también llamado "Blue Hope" que encierra una historia, cuanto menos, triste e inquietante.
Se llamó Tavernier en homenaje a un viajero que lo trajo de la India, después de vendérselo al vizconde Nicolas Fouquet, fue robado por su propio hijo y volvió a la India donde murió devorado por perros salvajes. Fouquet, entretanto, se pavoneó –diamante sobre la pechera– en una fastuosa recepción que ofreció a Luis XIV en su castillo. El ministro Colbert, considerando que el rey había sido ofendido por semejante ostentación, hizo detener a Fouquet, acusándolo de robar los dineros del Estado y lo condenó –en condiciones miserables– a prisión perpetua en la foraleza Pignerol. Obviamente, el soberano se apoderó del diamante que fue a parar al turgente escote de su favorita, Madame de Montespan. Al poco tiempo, se acentuaba el descontento general contra el Rey Sol. Madame de M. fue acusada de faltas ligadas a la posesión del Tavernier y, repudiada por su marido oficial y por su regio amante, debió retirarse –sin la gema azul, claro, que entregó al Tesoro Real– a orar a un convento. El vanidoso e infiel monarca murió poco después de una nada glamorosa viruela.
Medio siglo después, el Tavernier hizo su entrada luminosa en la corte francesa, luciendo esplendoroso en cuellos que más tarde serían guillotinados como el de Madame Du Barry, María Antonieta y la princesa Lamballe, aristógrata en desgracia, posteriormente el diamante azúl fue a parar a un depósito de muebles. . Un corrupto sans-culotte lo sustrajo y lo llevó a Amsterdam donde Willem Fals volvió a tallarlo para que no fuera reconocido. El hijo del joyero robó el diamante; el padre desesperado se suicidó y, para cerrar el círculo, el ladrón, carcomido por la culpa, cayó en profunda tristeza hasta su muerte.
Revendido por un cómplice de Fals Jr., el Tavernier pasó a Londres y prosiguió haciendo estragos en la persona del duque de Brunswick, que perdió todos sus bienes y cedió el French Blue –como se lo conoció en Inglaterra– por chirolas al futuro Jorge IV de Inglaterra, un dandy exhibicionista siempre dispuesto a competir con el Bello Brummel. Este monarca duró poco y mal, entre sangrías y decadencia mental.

Hacia 1830, la gema es rebautizada con el nombre de su nuevo dueño, Sir Henry Hope, quien después de oblar 90 mil dólares empezó a hundirse en la desdicha: bancarrota financiera, suicidios en la familia. Posteriormente, le tocó el turno fatal a un príncipe ruso, que se compró el Hope y, loco de amor y de celos por una bailarina del Folies Bergères, la mató en escena y al poco tiempo fue oscuramente asesinado. La gema prosiguió acortando la esperanza de vida de: un sultán, un caballero español y finalmente se ensañó con la familia norteamericana McLean (dueña del Washington Post), que lo adquirió en plena Belle Epoque. Todo mal: Mr. McLean perdió a un hijo de nueve años –atropellado– y a una hija algo mayor –de sobredosis de barbitúricos–, antes de verse envuelto en un escándalo financiero y de ser internado en una clínica psiquiátrica. En los 40 entró a tallar Harry Winston, quien después de pasear un tiempo con la piedra en su bolsillo, la donó al Instituto Smithsoniano, de Washington, cortando así la malísima onda del Hope, antes Tavernier, antes –acaso– el tercer ojo de alguna diosa hindú.
¿Qué te parece?


Recopilación de Arnau Lucas.


20 comentarios:

Kassiopea. dijo...

Terribles historias. Pero en mi cuello quedaría de lujo ese pedrusco jejejeje.

Besos

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo impresionante historia
un beso de Luna
feliz fin de semana

Charo Bolivar dijo...

Guau! si es que no hay nada más novelesco que un diamante y su maldición para toda la eternidad. No he podido dejar de leer ni pestañear , tan hundida como estaba en la historia.

Besos

FAYNA dijo...

KASSIO:
Yo tampoco soy supersticiosa nena, jajaja. A tí no te doy las gracias por venir !porque la confianza dá asco!, jajajajaja.

LUNA:
La verdad es que la historia pone los pelos como escárpias, jeje. Gracias por estar siempre ahí cielo, espero que también disfrutes del fin de semana a tope.

Charo Bolivar:
Jajajajaja, menos mal que al fin alquién se deshizo de él donándolo ¿no?. Besos Charo.

Kassiopea. dijo...

Jajajaja pues no me las des. Voy a seguir viniendo igual, de mí no te libras jajajaja.

Besos.

Anónimo dijo...

Pues a mi me parece una historia fantàstica, que subraya la tan traìda y llevada mala fama de algùnas famosas otras joyas que tambièn le han dado lo suyo a cuellos y cabezas...todo, por la total falta de sabidurìa de quienes aùn hoy, siguen creyendo que poseer, es el non-plus-ultra del exito humano.

Me encantò el relato. Un abrazo

Amanda T. dijo...

que bonita historia, a ver quien me regala uno de esos, aunque sea pequeñito...

despe dijo...

impresionante !!! hola Fayna como estas? también me gustaria aunque sea solo un momentin verlo como luce en el cuello de una despeinada pero con su reputación mejor lo veo de lejitos jajajajajaja, siempre he asosiado los diamantes con liz taylor jeje, me fascinó la plantilla eres tú que pases buen dia un beso despe.

Arwen dijo...

Madre mia cuantas desgracias parece que tiene vida propia ese diamante diabolico....si es que cuando se deja llevar el ser humano por la avaricia...muy buena entrada Fayna me gusto conocer la historia de este diamante maldito...besitosssss

Juanjo Rubio dijo...

Interesante historia Fayna,

Como siempre.

Un beso.

Laura-Sujami dijo...

Hola Fayni, hay que ver cuánto aprendo de ti de las cosas que escribes. Lo que más me impresiona siempre es el título, jeje.
Sigue así wapa. Un besito.

Marta dijo...

¡¡¡Ufff!!! Me quedo con la boca abierta después de leer esta historia cuyo protagonista es un simple diamante... ¡Mare de Deu! De lo que llegamos a ser capaces los seres humanos por una mera piedra que brilla...

Pero a lo que realmente venía, mi queridísima Amiga (con mayúscula) Fayna es a tenderte mi mano abierta cargada con todo lo que tengo y todo lo que soy para que, sin miedo y sin vergüenza, y si lo deseas, te agarres a ella si es que en algo te puedo ayudar... Te dejo mi email (m67_ruiz@hotmail.com) por si el hecho de hablar y desahogarte de pudiera alivirar, y te dejo mi corazón aquí, por todo el tiempo que necesites, para que si no te atrae el correo, le cuentes a él... Es hermoso esto de la amistad a distancia, pero también muy frustrante cuando ves sufrir a una amiga y no puedes acercarte a ella, tomarla entre tus brazos con todo tu cariño y acariciarla la espalda con ternura, susurándole en el oído "Tranquila, cielo, todo pasará"... Ahora mismo voy a poner una entrada que, tal vez, te pueda ayudar un poco a levantar ese anímo que ha caído sin saber por qué... Y es que, en estos asuntos de la mente es tan díficil la mayoría de las veces encontrar una respuesta a lo que nos pasa... O sería tan trabajoso llegar a ese origen que nos explicaría el porqué de nuestro tropezón...

Pero sabes que estoy a tu lado, siempre, y que mi mano está tendida, siempre, y que te quiero con todo mi corazón, para siempre...

Cuídate, y espero de corazón que lo que escriba en unos minutos pueda servirte de algún alivio...

Tu amantísima amiga del alma...

ROSA dijo...

Mi adorable Fayna, que historia mas maravillosa de ese diamante maldito.
Yo no me la pondria en mi cuello me parece excesivamente ostentosa.
Un besito mi niña y que tengas un buen fin de semana.
Como siempre al leerte aprendo.
Un besito Rosario

YAIZA dijo...

Hola Fayna!
Vaya historia, pero a pesar de lo impresionante que es, me gusta.
Quien no querría tener un diamante así?

Gracias por darme la bienvenida cielo, ya os echaba de menos, pero he aguantado jeje.

Un besito.

Belkis dijo...

Las posesiones materiales generan muchos males porque se interpone la codicia. Interesante la historia que narras, la desconocía por lo que me voy a la cama con algo nuevo aprendido. Gracias por compartirlo. Feliz domingo amiga!!!!!

Virna dijo...

Hola cariñete!he venido a hacerte una visita y enviarte un abrazo gordo!
Disculpa que no venga a verte mas amenudo pero es que entre la mudanza y las difusiones con el tema de los perrines...me faltan horas!!

Ultimamente ando mas por el facebook, alli cuelgo los casos de perros mas urgentes, lo ve mucha mas gente.
Un besote preciosa!

Unknown dijo...

Fayna
esta muy chevere tu blog...

segui posteando...

ahi te dejo para que lo cheques:

www.tumentepoderosa.blogspot.com

fer

Unknown dijo...

Impresionante historia, nunca dejas de sorprenderme y seducir con tus relatos. Te sigo leyendo, aun cuando no me vea mucho por los blogs. El beso y abrazo con el cariño de siempre. Te adoro cariño, lielina

Unknown dijo...

Impresionante historia, nunca dejas de sorprenderme y seducir con tus relatos. Te sigo leyendo, aun cuando no me vea mucho por los blogs. El beso y abrazo con el cariño de siempre. Te adoro cariño, lielina

Marta dijo...

Queridísima Fayna:

No tienes que darme las gracias por nada... Acuérdate de todo lo que tú me has dado y lo que has disfrutado haciéndolo... Poque lo hermoso de la amistad es dar a tu amiga que está necesitada todo lo que tiene y todo lo que eres generosamente, sin pedir ni esperar nada a cambio... Y yo fui inmensamente feliz escribiéndote el mail, y sabiendo que me habías otorgado tu confianza, y que me estabas llamando "amiga"... ¿Sabes que lloré de la emoción? Siempre, SIEMPRE, estaré ahí, allí, aquí, donde necesites que esté en el momento que lo necesites, y ya sabes que no soy de las que ladran pero no muerden... He colgado tu postalita en mi blog, y está preciosa... Y me haces inmensamente feliz sólo por hacerme sentir que de verdad me quieres, tanto como te quiero yo a ti... Es bueno agradecer, pero entre las amigas, el agradecimiento va unido al "te quiero", a la mano tendida que se agarra, a la sonrisa que brilla en los labios cuando se ve en el correo el mail esperado, a esas lagrimitas que caen sin porder evitarlo cuando lo leemos, a tener la confianza de decir "amiga, te necesito", y al placer de la amiga de acudir corriendo a la llamada de SOS...

Así que no me des las gracias, dátelas a ti para reforzar tu alma y tu corazón y ser capaz de superar esta prueba que la vida te ha puesto con el menor deterior interior que sea posible... Además... ¡¡¡No estás sola!!! Y cuando te veas ahorada, lanza un grito de ayuda, y correré allá donde tú esté... Porque si pasa el tiempo y no oigo ese grito, correré igualmente...

Te quiero, amiga del cor...