POLI ¿QUÉ?

Casi nunca recuerdo lo que sueño, pero anoche lo viví y reviví una y otra vez, porque me desperté en tres ocasiones reanudando las tres veces el tormento pasional que estaba sufriendo. Me parece increíble que a las 10 de la mañana de hoy, sentada en mi mesa de trabajo sea incapaz de apartar de mi mente el desgarrador sentimiento que me hizo sudar y temblar a partes iguales. En la soledad del trayecto hasta mi oficina, no paré de darle vueltas a la cabeza intentando racionalmente dar una explicación a la locura en que mi subconsciente me sumergió.
Primero fue Aisha, la mujer favorita de Mahoma; luego Anita Delgado, la maharaní de Kapurthala, ambas protagonistas de los dos últimos libros que he leído,(éste último a punto de acabarlo) y ambas sometidas al matrimonio polígamo las que abonaron en un primer momento el caldo de cultivo, creo que a esto se sumó lo mucho que me involucro en el sufrimiento ajeno, el desamor al que siento que están sometid@s algunos autores de blogs, que muy visceralmente gritan al viento su sufrimiento y en tercer lugar, creo que yo misma me he sugestionado muchísimo escribiendo una colaboración sobre el amor que mi muy querido amigo Nelson me ha pedido. Ayer pasé mucho tiempo escuchando temas románticos y luego pasa lo que pasa jaja. Supongo que me dejé llevar por los instintos naturales.
Desde mi perspectiva de mujer occidental, formada y libre no entra dentro de mis esquemas la posibilidad de confinarme a un hombre a tiempo parcial, a noches alternas... solamente mencionar la palabra:" poligamia", me pongo tensa. Todos sabemos que se trata de una relación social, amorosa y sexual compartida, es decir, un único marido para varias mujeres. Este orden social polígamo ya aparece en los primeros momentos de la historia de la sexualidad, siendo uno de los modos más antiguos de organización de la vida sexual de las sociedades trivales en la prehistoria. En casi todos los continentes(África negra, Asia Central, en EEUU y Canadá se permite la poligamia en varios estados...)y en muchas religiones (Induismo, Islamismo, Mormonismo...) no sólo se permite sino que está contemplada por ley. Yo me pregunto ¿Aceptarán esas mujeres de buen grado ese régimen matrimonial o por el contrario será para ellas una imposición traumática? ¿Será cuestión de culturas y costumbres establecidas o por el contrario el sentimiento del amor real a un hombre choca violentamente con esta práctica?
Yo pienso que es algo que degrada a la mujer, que no la valora en su justa medida, que está pensado para el goce y disfrute masculino y que genera en ella, cuando está enamorada de su marido, angustias y desalientos difícilmente comparables a otra cosa.
La mujer se convierte en un objeto casi de usar y tirar. Me he preguntado ¿Cómo me sentiría si viviera en una zenana o harem? Seguramente se despertaría implacablemente el instinto de supervivencia y con ello la necesidad a marchas forzadas de convertirte en la favorita para asegurar tu bienestar emocional.