Quiero algunos buenos amigos que sean tan familiares como la vida misma; amigos con los que no haya necesidad de ser cortés y que me cuenten todas sus dificultades; amigos capaces de citar a Aristóteles y de contar cuentos subidos de color; amigos que sean espiritualmente ricos y que puedan hablar de obscenidades y de filosofía con el mismo candor; amigos que tengan aficiones y opiniones definidas sobre las cosas, que tengan sus creencias y respeten las mías.

lunes, 24 de mayo de 2010

Espantosa...


Si ya el espectáculo de por sí es de los más cruento, no puedo imaginar una cogida más espantosa que la sucedida a Julio Aparicio este viernes en la Monumental.
No dista mucho de aquellos enfrentamientos que se producían en el circo romano bajo la recompensa de vida para el vencedor y muerte para el vencido, con la inmediata acción de echarlo a los leones.
Ponerse delante de un toro bravo con el propósito se torturarlo, debilitarlo, desangrarlo lentamente y luego darle muerte, no se aproxima ni por asomo al concepto que personalmente entiendo por arte; el arte es un proceso de creación y construcción, que da vida, no la quita.
Concretando, opino que del único animal que de verdad hay que cuidarse, como siempre, es del hombre, entre otras cosas, porque siempre hay alguien dispuesto a echarte a los leones o, a ponerse por propia voluntad delante de un toro. Y aunque éste no tenga en principio intención de atacarte, después de estarle azuzando sin piedad, lo razonable es pensar que intentará el remate como pueda.



10 comentarios:

Kassiopea. dijo...

Pues sí, el toro al fin y al cabo lo único que hace es defenderse. Y el maltrato animal de ninguna manera puede considerarse arte.

Besos.

mariajesusparadela dijo...

Totalmente de acuerdo. Nunca pueden ir juntos arte y tortura.
paradeladecoles@gmail.com

HARGOS dijo...

la verdad que viendo imagenes como esa esta fiesta pierde toda la gracia , si es que algun dia la tuvo un besazo preciosa

Anónimo dijo...

Hablamos mucho de compasión, pero el hombre no ha llegado todavía a la categioría de humanidad. Es espantosa la imágen, pero los toros es el arte de la violéncia más absoluta. No hay derecho qjue aún se permita esa barbarie. Parece mentira que nos consideremos avanzados.




Gracias.

Psic. Liliana Castro Morato dijo...

Duele tanto la vida humana... pero cuando esta se expone tan grotescamente en una corrida de toros, te preguntas...¿sera humana?

Amanda T. dijo...

gracias por todo Fayna.

Lembranza dijo...

Es la primera vez que veo las imágenes, me había negado a verlas por como me las habían descrito. Escalofriantes, pero si te expones así delante de un animal bravo, sabes lo que te puede pasar. No me gusta lo que le ha pasado a Julio pero tampoco me gusta ver sufrir a los toros de esa manera tan bestial. Un abrazo

Unknown dijo...

Estoy contigo ¡¡¡EN TO-DO!!! Si tú supieras que la tortura del toro de lidia que va a ser toreado comienza ya 2 días antes de la faena, en el propio prado donde ha estado viviendo y "formándose, donde le empiezan a cargar con kilos y kilos de peso para ir debilitándole, le trasladan a la ciudad de la corrida completamente a oscuras y, sin poder ver la luz durante las horas que dure el viaje, le meten en el toril (creo que se llama así) donde continúa su martirio... Se afeitan los cuernos, aun estando prohibido, le dan descargas eléctricas en sus huevecillos para debilitarle, le ponen vaselina en los ojo para que no vea bien al salir a la plaza, dan golpes y más golpes al minúsculo cubículo donde se encuentra encerrado, y donde casi ni cabe, para sustarle y asegurarse de que, con toda seguridad, va a salir corriendo de allí en cuanto se abra la puerta del toril... Esta tortura puede durar HORAS... Hasta que finalmente se abre la puerta y el toro, efectivamente, sale espitado... Pero no como un toro bravo de lidia que dice "¡Ey, que soy un toro bravo y mato!"... ¡Noooooooo! Sale como un pobre animal muerto de miedo, que se ha hecho pis 20 veces en el toril, buscando alguna salida para irse de allí echando leches... ¿De qué, si no, iba a intentar saltarse las barreras y subir por entre los asistentes? ¡¡¡Busca un lugar por donde escapar!!! Pero para él ya no hay remedio... Y hasta su muerte, sufrirá el mayor de los tormentos... Banderillas que se le clavan varios centímetros en el cuerpo, procurando siempre el banderillero, pillar aquel lugar donde más daño haga y más sangre pueda hacer brotar... El del caballo (que para los nombres soy muy mala), otro que le clava la lanza esa unos cuantos centimetros más adentro... Y si el toro se pone chulo, saca la lanza de punta de 65 cm... ¡Y pobres de mis caballos! Son elegidos los más viejos e inútiles, así que no suelen durar más de 3 ó 4 corridas... ¡En fin! El objetivo es lograr que el toro se desangre y se debilite lo más posible, para que, cuando llegue la hora de que el Maestro Torero vaya a matar, ¡¡¡triunfe!!! ¿Pero de qué va, señor torero? Si ya tiene usted al pobre toro que no se tiene en pie... Y encima, va y le mete la espada por cualquier sitio menos por el que debe... Así que vamos a por el cuchillito ese a buscarle la nuca para que su agonía no lo martirice... ¡¡¡Pero es que, hasta en eso, lo muy brutos tienen que rebuscar, dándole vueltas a la espadita hasta encontrar el lugar apropiado!!! Y lo mejor del caso es que, con ello, sólo le paralizan, al haber afectado a su sistema nervioso central, pero muchos toros... ¡¡¡quedan vivos!!! Y hay vídeos que lo demuestran... Pero ¡qué más da! Aquí el que importa es el torero y las orejas, que le cortan en vivo al pobre torito, que le otorga el presidente del cosío...

Sí, sí, sí... La Tauromaquia es un Arte... ¡¡¡El Arte de la tortura y el asesinato de toros bravos!!! ¡¡¡OLÉ!!!

Juanjo Rubio dijo...

Totalmente de acuerdo amiga.

Un besazo.

rudy spillman dijo...

Querida Fayna, admiro la tremenda valentía que expones con este post. Me refiero a la oportunidad que escoges para traer dos temas distintos y que sin embargo el destino une. Coincido en todos y cada uno de los conceptos que aquí viertes y deseo una pronta y completa recuperación para el torero herido, que como todos los demás toreros y la disciplina entera, viven equivocados, y quizás no logren apreciar cuánto.
Enhorabuena por esta excelente entrada.