Quiero algunos buenos amigos que sean tan familiares como la vida misma; amigos con los que no haya necesidad de ser cortés y que me cuenten todas sus dificultades; amigos capaces de citar a Aristóteles y de contar cuentos subidos de color; amigos que sean espiritualmente ricos y que puedan hablar de obscenidades y de filosofía con el mismo candor; amigos que tengan aficiones y opiniones definidas sobre las cosas, que tengan sus creencias y respeten las mías.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Quiero creer y creo.


Como todos sabemos la energía no se crea ni destruye, solo se transforma. Así un radiador eléctrico transforma la energía eléctrica en calorífica, una pila la energía química en eléctrica, una lámpara la energía eléctrica en luminosa, etc.
Las centrales eólicas transforman la energía cinética del viento en energía eléctrica, las centrales solares térmicas transforman la energía luminosa procedente del Sol en energía calorífica, y así otro largo etc.
Yo me pregunto: ¿Qué ocurre con nuestra propia energía cuando morimos? ¿Qué ocurre en el minuto uno y los sucesivos cuando emprendemos ese viaje sin retorno?
El tema de la muerte produce repulsa y miedo, se adentra en planos desconocidos para nuestra mentalidad. Dependiendo de la fe que abraces creerás en un destino u otro sin ninguna garantía. Para los ateos no hay vida después de la muerte, simplemente dejamos de existir; las religiones orientales apoyan que cada uno atraviesa un ciclo infinito de reencarnaciones hasta que se rompe el ciclo y la persona se hace uno con lo divino; El Corán dice que en el cielo los hombres tomarán vino y recibirán las atenciones de doncellas celestiales a las que podrán tomar por esposas; los cristianos creen en la resurrección a través de Jesucristo, hay quienes creen que se convertirán en ángeles e incluso quienes piensan que estarán flotando en las nubes tocando el arpa. El caso es que hay que creer en algo abstracto para no sentirse timado ya que la ciencia dejó bien claro que "nada de esto puede probarse y no hay pruebas científicas de estas afirmaciones".
La necesidad de agarrarse a un clavo ardiendo hizo surgir los "paras": fenómenos paranormales, parapsicológicos, parafísicos, etc que intentan explicar lo que necesita una explicación por absurda que sea. Lamentablemente aparecieron, como siempre y como seguirán apareciendo, farsantes que se aprovechan para hacer suculentos negocios con ello. Espiritistas de tres al cuarto, magos de pacotilla, videntes de feria e infinidad de interlocutores con el más allá que hacen su agosto en detrimento de una vía de conocimiento que pudo haberse abierto con mayor rapidez y limpieza.
Afortunadamente hoy, a pesar de la maraña de embaucadores, hay numerosos y muy serios trabajos de médicos y psiquiatras amparados por el rigor de su profesionalidad, que han tratado casos muy concretos encaminados al campo de los enfermos terminales o en estado de coma profundo que llegan a darse por muertos y que, sorprendentemente "regresan" otra vez a su cuerpo, a la vida, relatando con mayor o menor claridad sus experiencias mientras estaban en el más allá. Las coincidencias en los relatos son apabullantes teniendo en cuenta que resulta imposible poner de acuerdo a miles de personas de distintos lugares, diferentes formas de educación y creencias para que repitan lo mismo.

Yo quiero creer y creo que cuando morimos nos dirigimos hacia otro aspecto de la vida, el espíritu, el alma, nuestra energía vital no se destruye, sino que se transforma. ¿Para qué, si no, hacer sufrir a la humanidad con ese terrible instinto de supervivencia; para qué dar cabida en el sentimiento y en la razón a algo que no existe?




10 comentarios:

Amanda T. dijo...

Querida Fayna yo también creo y por ese motivo hace tiempo que leí un libro que me gustó bastante que se llama: Vida después de la vida.
te mando un beso.

mariajesusparadela dijo...

Yo disfruto viviendo.
Si me muero y hay algo, creo que he hecho las cosas medianamente bien. Si no hay nada, el haberlas hecho así me produjo suficiente placer.

Kassiopea. dijo...

Pues si te digo la verdad, prefiero no pensar en eso. Por mucho que hayan intentado hacer estudios científicos nadie realmente ha vuelto para contarlo.

Besos.

Pilar Abalorios dijo...

No creo que esta vida deba entenderse en clave de futuro, pero del mismo modo que no hay pruebas de un mundo más allá de la muerte, tampoco nadie puede probar que no lo hay.

Myriam dijo...

Creo como tú a que, como la energía se transforma, pasamos a otro estadio o nivel de conciencia. Perdemos el cuerpo físico, el alma y el espíritu permanecen.

Besos, Fayna

Ricardo Miñana dijo...

Yo creo en tu entrañable amistad Fayna, por eso cuando el tiempo me lo permite me paseo por tu bello blog, admirando tus pensamientos,
por eso a veces deseo disculpes
la ausencia que no puedo evitar.
que tengas una bonita semana.
un beso.

despe dijo...

es muy poco sin duda lo que conocemos nadie ha regresado mas alla del tiempo conocido pero si creo que hay algo mas que no morimos en el sentido estricto de la palabra un beso amiga

Angélica Mora dijo...

Bellisimo, me he permitido llevarlo a mi blog.

nictemerooximoron dijo...

FAYNA: Como ya sabes porqué lo he expresado en alguna de mis entradas, este tema que tocas es una casi obsesion para mi. Me ha llevado a leer y pretender conocer otras religiones. Y en ello sigo todavía.
Yo creo también, por ahora, que algo tiene que existir luego y que es necesario pensar así. Me niego a pensar que todo se acaba en esta vida. Aunque sean los gusanos en que se convierte el cuerpo al descomponerse, algo de nosotros continua.Pido disculpas por lo macabro de este último párrafo

Deybi dijo...

Qué te puedo decir. Soy una persona con una creencia un tanto indefinida. A veces creo que esto es y nada más, otro día que quizás si exista algo más allá. Mientras, trato de vivir aqui, mantenerme respirando y con todos los signos vitales en orden, hasta esperar aquel momento inevitable.